domingo, diciembre 04, 2005

¡Oh, princesa! (IV)

Al cruzar el quicio de la puerta se encontró con las paredes alicatadas del baño que brillan por las luces que se han encendido al entrar ella. Se acerca a la bañera que se encuentra en el centro del baño subida en un alto a tres escaleras del suelo. Mira el interior y alrededor y ve unos botones en el borde. La curiosidad puede con ella y empieza a pulsarlos despacio. De repente dos chorros de agua salen a presión por los orificios laterales de la bañera que la hacen retroceder dos pasos. Se acerca nuevamente para desconectar los chorros de agua.

Da una vuelta alrededor de la bañera y desde arriba observa que detrás de la puerta hay un armario con puertas de espejo de dos puertas. Con cuidado y calma se dirige a él e intenta abrir las dos a la vez. La de la derecha cede ante el esfuerzo pero la otra no, parece que esté condenada. En la otra observa que hay pequeños tarros de perfume con distintos nombres. Coge uno al azar y lee: "Aroma de océano". El bote es pequeño, lo abre y huele un poco el aroma que sale. El olor tiene un toque fresco pero a la vez fuerte. Cierra el botecito y lo deja donde estaba. Vuelve a intentar abrir la otra puertecita con las dos manos con más fuerza del armario pero sin éxito.

Se dirige al espejo que está encima del lavabo. En el espejo se puede ver una chica con ojos negros, melena morena y brillante más allá de los hombros. Aún lleva la ropa que llevaba cuando el tío ese la cogió por la calle. Las botas marrones con pelo y sin tacón, el pantalón vaquero rasgado en la rodilla derecha y en el muslo izquierdo, encima una minifalda vaquera deshilachada por los bordes, una camiseta de tirantes naranja y encima otra camiseta cd color negro que deja asomar la otra por los hombros y por un costado. El pelo lo tiene alborotado por haber estado en la cama. Encima del lavabo hay un vaso con un cepillo así que lo coge y se comienza a peinar. Empieza por arriba y termina por las puntas y cuando está a punto de terminar oye un ruido en la habitación. Sale corriendo en dirección a la puerta que había en la habitación pero se da cuenta de que la que se está cerrando no es la de la habitación sino la puerta interior del armario.

Cuando llega a la puerta ésta ya está cerrada y mira a través de la mira y observa el pasillo blanco. No se ve nada. El pasillo blanco con los cuadros sigue ahí, nada ha cambiado. Intuye que los cuadros siguen en su sitio pero no podría afirmar si son los mismo puesto que no es capaz de distinguirlos. Esta vez no grita, esta vez está tranquila. Se da la vuelta y vuelve a la habitación, se tumba en la cama y se queda dormida.

Continuará...

A mi por no fallarme nunca

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Wenas!

Me sta gustando mucho el relato a entregas, como un coleccionable :P
Yo tb tengo uno pekeño a cachitos ke stoy a ver si le continuo. Si kieres publicarlo como entrada en tu blog dimelo y te lo paso, xq yo no tengo blog xa ello y desde aki seguro ke tiene mas alcance con un publico consolidado :)

Saludiños, piraña ;)

Anónimo dijo...

Aupa. Como crítico relatista he de decir que tanta y tanta descripción aburre y distrae de la historia. Me recuerda a las aventuras conversacionales estas chungas de la época de los spectrum, en las que te describe todo lo que ves y tienes unos verbos para decir que quieres hacer (andar, abrir puerta, mirar armario). Pero weno, lo seguiré con ilusión a ver si metes un final/festival erótico festivo

Alberto Fernández dijo...

Me adscribo a las palabras de Alzberto. Has logrado mantener el climax, sin embargo, reterner más tiempo el que suceda algo pude ser negativo para el relato. Si tiraas mucho de una cuerda, está pueda acabar rompiendo, con el relato puede pasarte igual. Aún así, felicitarte por mantener el misterio hasta ahora, no es nada fácil. En cuanto a la descrpción detallada del ambiente donde se encuentra el personaje, es cuestión de estilo y gusto literario. Uno debe usar el modo de narrar donde más cómodo se encuentre o aquel que mejor se adapte a lo que busca. Esperamos impacientes la nueva entrega del serial.
Un saludo desde A Coruña

Anónimo dijo...

¡Cielos! no puedo estar más de acuerdo con Alz. Si os dais una vuelta por minijuegos vereis un güevo de aventuras gráficas de gente atrapada en una habitación.
Abrir Puerta...La puerta está cerrada ¿Ha probado a mirar debajo de la alfombra? Ahí siempre hay algo. En cualquier caso prefiero esta historia a esas aventuras gráficas. ¡Sigue asín!