La segunda parte del viaje es más bella si cabe que la primera. El recorrer en barco un valle a nivel del mar rodeado de montañas de varias centenas de metro hace a uno sentirse pequeño. Y no es para menos porque por donde circulaba nuestro barco antes sólo había hielo.
Se recorren dos fiordos que se unen en forma de Y:
La belleza es tal que sólo las imágenes pueden explicarlo:
La excursión dio para mucho, tanto es así que me veo obligado a sacar una entrada extra con un regalo que Noruega nos hizo de vuelta a Bergen. Pero eso será próximamente.
2 comentarios:
¡Sobran las palabras! Gracias a tu genio fotográfico, podemos apreciar la belleza de esos parajes.
Creo que la experiencia de este viaje no se borrará nunca. Se nota.
Un saludo desde Madrid.
Alberto: no se borrará no, por muchas y variadas razones...
Disfruta.
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