viernes, abril 15, 2011

Emulando a Filípides

La prueba atlética de fondo maratón recibe el nombre de la ciudad griega Maratón ciudad donde el ejército griego luchó contra el persa durante las Guerras Médicas.

Los persas habían prometido que tras vencer al ejército persa irían a la polis ateniense y matarían a los niños y violarían a las mujeres. Con la partida de los griegos, acordaron que si en 24 horas no recibían noticias suyas, las mujeres mismas se encargarían de matar a los niños y suicidarse.

El ejército griego se hizo con la victoria sobre el persa y aquí es donde existen dos historias sobre la hazaña de Filípides.

Una primera versión cuenta que el gallardo guerrero Filípides, tras haber estado luchando, recorrió los entre 30 y 35 kilómetros que le separaban de Atenas. A su llegada, anunció la victoria del ejército griego pronunciando la palabra νίκη (Niké, victoria en griego), tras lo cual falleció.

La otra historia es que Filípides corrió la distancia que separaba Maratón de Esparta, 246 kilómetros, para pedir asistencia militar, de la que surgió la carrera de ultrafondo Spartathlon.

¿De dónde salen entonces los 42 kilómetros y 195 metros de la prueba? Efectivamente los 42.195 metros tienen su historia detrás. En el años 1896, año en que se incluyó el maratón como disciplina olímpica, se acordó que la prueba tendría 40 kilómetros, distancia que fue variando de olimpiada en olimpiada hasta el año 1908 cuando los Juegos Olímpicos se celebraron en Londres. Ese año la prueba se iba a disputar recorriendo la distancia de 40 kilómetros, sin embargo, la familia real británica quiso que la carrera terminase en el Paladio de Buckinham que se encontraba a 2 kilómetros del recorrido. No contentos con añadir esos 2 kilómetros, y puesto que el día se levantó algo lluvioso, para que la familia real no se empapara, se reubicó la llegada bajo los soportales de palacio. Eso sumó los 195 metros.

¿Por qué os cuento esta historia? Pues porque hace un año estuve fotografiando a los gallardos corredores del Maratón Popular de Madrid y escribí:
La historia de una Maratón son los que la corren, sus caras, sus motivaciones, su desmotivación, su esfuerzo en acabar, personas al fin y al cabo.
Pues bien, el domingo 17 se celebra el XXXIV Maratón Popular de Madrid y esta carrera se escribe con nombres y apellidos, los nombres y apellidos del que suscribe.

Después de haber afrontado un par de marchas de ultrafondo, varios medios maratones decidí que ya era hora de intentarlo con el maratón. Efectivamente, durante los últimos tres meses he estado entrenando duramente, levantándome todos los días a las 6 de la mañana para entrenar antes de ir a trabajar, levantándome a las mismas horas intempestivas los sábados y los domingos para entrenar y seguir teniendo vida social. En las últimas 12 semanas he corrido cerca de 600 kilómetros entrenando.

De momento no quiero verter ninguna opinión sobre la prueba. Todo lo que he oído han sido palabras de respeto hacia ella. Oír a corredores cosas como "el maratón es otra cosa, no se puede comparar con nada", "el maratón pone al límite al cuerpo", "ningún tiempo es modesto cuando se trata de maratón. Sólo por el hecho de terminarlo se es privilegiado" o "mucho cuidado que si el medio es serio, el maratón no te cuento y el objetivo debe ser terminarlo dominando la distancia", del dos veces Finisher de la Transalpina José Manuel Parra, han hecho que me haya tomado en serio la aventura que el domingo a las 9 de la mañana me dispongo a afrontar.

Si alguien se quiere acercar a la carrera en este mapa puede ver el recorrido de los 42 kilómetros íntegros y si va que no dejen de animar a todos y cada uno de los corredores, seguro que se lo agradecerán. Y si me ven, griten: ¡¡¡Vamos, Oso, El Rincón Barrido está contigo!!!

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